Febrero del 74

Estos días tan pesados… de mirada extraviada en pensamientos cruzados: de recuerdos de la infancia, y texturas de sonrisas provocadas por salchichas y perfumes de habanos achuchados con abrazos, añoradas carcajadas contagiosas de mi tía. En estos días tan pesados… echo un pulso a la muerte: y la empujo de mi Abuela que pelea y pelea en hospital decadente, porque siempre quiso ver… como le gana a la gente, y aunque hoy yo la despido por si le gana la suerte no puedo dejar de pensar… que la quiero para siempre. En estos días tan pesados… me agarro a un clavo ardiente: que es el de poder volver… a escucharte, comprender, apoyarte y quererte… En estos días tan pesados: esperando la llamada de la vida o la muerte.

Monotonía II Poco a poco, brazo a brazo, recoge las redes que engordan su barco. Devuelve al mar lo que sabe… no vale, juez y verdugo se enfunda su yugo, con quien regresará… cansado de quien todo le da y de las madrugadas… deciden marcharse pensando en la amada que a estribor…a lo lejos…ven siempre imaginada. ¡Vamos gran Marinero! ¡Pescador de las olas! que a eso no te gana nadie pues las recoges todas, astillando la barcaza que llora… se hunde y llora con lamentos de motores que te acercan cada hora hacia ese pequeño que tanto y tanto añoras. Los ojos van descubriendo como se pinta el puerto, el agua va pincelando tu vista y los momentos de tiempos de juventud, diluidos en los vientos perdidos sin gratitud, arrugados por tus dedos que exteriorizan salud, curtidos por los recuerdos. Por fin llegas… a tiempo, dolido por todo el cuerpo, queda por amarrar este barco y tus deseos, que sabes no cambiará… ni el mañana …ni tormentos de olas que astillaran tus co